La inversión continuada en tecnología de planificación de recursos empresariales (ERP) en la Administración resulta chocante dada la alta tasa de fracaso. Por ejemplo, el uso de El ERP del Gobierno de Canadá "Phoenix Pay System", que utiliza Oracle PeopleSoft, sigue generando problemas con las nóminas. Y el uso de Oracle y SAP ERP por parte del Departamento de Defensa de Estados Unidos ha dado lugar a que algunas implantaciones superen el presupuesto en cientos de millones de dólares. No es infrecuente que los proyectos de ERP gubernamentales superen el presupuesto original entre 200% y 500%.
El problema crítico que experimentan los gobiernos al implantar un ERP es la personalización del código. Los programas informáticos creados originalmente para el sector privado requieren una mayor personalización cuando se utilizan en el sector público, sobre todo si deben adaptarse a la legislación de la administración. Personalización en lugar de configuraciónañade deuda técnicamás código personalizado que mantener y ajustar, más dificultad para adaptarse a la reforma. Por eso GRP, desarrollado originalmente para la Administración, no es un ERP.
Se detendrá en 2017 la locura de la ERP en el Gobierno?
No. Las empresas de ERP, sobre todo Oracle y SAP, tienen un marketing muy eficaz y caro. Nos guste o no, los mercados B2B y B2G siguen siendo fundamentalmente de difusión. Hay mucho ruido creado por las grandes empresas que es muy difícil de filtrar.
Tengo la sensación de que 2017 será el año en que los gobiernos empiecen a cuestionar el ERP monolítico como estrategia. La presión para adoptar sistemas de compromiso y los requisitos presupuestarios de los sistemas de registro heredados impulsarán a los gobiernos en nuevas direcciones. Algunos factores son:
- La necesidad de transparencia y gobierno abierto pondrá al descubierto las limitaciones de la integración de ERP
- La necesidad de implicar a los funcionarios públicos ofrecerá oportunidades para abandonar los sistemas de gestión del capital humano heredados.
- Los problemas de costes de mantenimiento de los centros de datos y el fracaso de muchas empresas de servicios compartidos de TI animarán a los gobiernos a considerar el despliegue de funciones no esenciales en la nube pública.
- La necesidad de experimentar para mejorar los servicios al ciudadano impulsará las inversiones en nuevas tecnologías