Factores que influyen en el desarrollo de los países en desarrollo
Como organización con un propósito claro, mejorar el crecimiento de los países a través de la buena gobernanza es el principal mandato de FreeBalance. Como tal, FreeBalance participa en debates sobre gobernanza, desarrollo, ayuda exterior, TIC para el desarrollo y transparencia en todo el mundo.
Si bien es cierto que el crecimiento económico por sí mismo no garantiza el desarrollo, casi ningún desarrollo puede sostenerse sin crecimiento económico. Por lo tanto, para alcanzar a las naciones desarrolladas, los países en desarrollo y emergentes necesitan alcanzar y mantener tasas de crecimiento económico superiores a la media. Para que esto ocurra, hay algunas condiciones previas que deben verificarse.
Una forma típica de entender si un país en desarrollo está en el buen camino para tener éxito en sus esfuerzos por desarrollarse es comparar sus fundamentos con los de países con un nivel de desarrollo similar y con los de países hacia los que deseamos converger.
Con un crecimiento mundial de aproximadamente 4% al año, cualquier tasa de crecimiento económico por debajo de ese nivel puede considerarse fácilmente insuficiente para permitir a los países en desarrollo alcanzar a los más desarrollados.
1. Niveles de ahorro e inversión
Los niveles deseables de ahorro e inversión cambian a lo largo del tiempo. La mayor parte de este cambio está relacionado con el hecho de que la intensidad de capital tiende a aumentar en función del nivel de desarrollo relativo de una nación. Con esto queremos decir que cuanto más desarrollado es un país (en comparación con el resto del mundo), mayor es el volumen de ahorro e inversión (medido en proporción del PIB) que debe producir para evitar que disminuyan sus tasas de crecimiento económico. Asimismo, cualquier país que desee mantener unas tasas de crecimiento rápido durante un largo periodo de tiempo debería fijarse como objetivo unas tasas brutas de inversión y ahorro superiores a 20% de su PIB. De hecho, muchas naciones en desarrollo y emergentes invierten más de 30% de su PIB, lo que ayuda a explicar por qué su tasa media de crecimiento económico es muy superior a la registrada en las naciones desarrolladas.
2. Impacto de la emigración
La emigración debe analizarse en función de su coste de oportunidad. La emigración tenderá a tener un mayor impacto neto positivo cuando las naciones en desarrollo de las que emigran las personas tengan una cantidad considerable de mano de obra desempleada/subempleada. Además, resulta más beneficiosa cuando se aprovechan externalidades como la creación de redes a través de las diásporas, que aportan nuevas ideas, tecnologías, competencias e inversiones a las naciones en desarrollo.
3. Impacto de las remesas
El impacto de las remesas es otra variable importante. El peso en porcentaje del PIB de las remesas varía considerablemente entre las naciones en desarrollo. De hecho, en algunos países, como Filipinas, las remesas representan más de 10% del PIB (The Economist, 9 de febrero de 2010) más que el gasto total combinado que esta nación tiene en atención sanitaria y la educación.
Siempre hay que mencionar dos desventajas importantes de la emigración. Uno es el hecho de que la emigración reduce el stock de mano de obra al disminuir la población activa así como las tasas de natalidad. Esta disminución puede limitar no sólo la tasa de crecimiento económico a largo plazo, sino también su capacidad para mantener a su población anciana. Un segundo inconveniente importante tiene que ver con el efecto de "fuga de cerebros" que suele acompañar a la emigración. La fuga de cerebros puede amenazar el proceso de desarrollo de las naciones pobres al dejarlas sin una valiosa mano de obra cualificada. Sin embargo, existen pruebas de que existe un "nivel óptimo" de fuga de cerebros (Lowell, B. Lindsay).
4. Política comercial: Impacto sustancial en el proceso de desarrollo de un país
Hay pruebas de que, en línea con lo que sugiere la teoría clásica, los mercados abiertos pueden conducir a una mayor prosperidad al facilitar que los países se especialicen y que el capital se asigne de forma más eficiente. A pesar de ello, un cierto nivel de proteccionismo puede ayudar a los países a fomentar su desarrollo y reforzar su poder de negociación.
5. La ayuda exterior: Diferentes repercusiones en los países en desarrollo
Las opiniones sobre el impacto neto de la ayuda exterior (a menudo denominada ayuda al desarrollo) divergen sustancialmente. Algunos creen que no tiene un impacto positivo en el desarrollo, mientras que otros sostienen que en realidad tiene algún impacto positivo.
Sin embargo, es importante comprender que la ayuda al desarrollo se atribuye sobre una base muy arbitraria. Este tipo de ayuda tiene diferentes tipos de agendas políticas ocultas y su cuantía es todo menos homogénea. Países como Liberia reciben grandes cantidades de ayuda al desarrollo, hasta el punto de que este tipo de flujo de efectivo supera todo el volumen de ingresos fiscales. Otros, sin embargo, como la República Democrática del Congo, no reciben casi nada.
La cuantía de la ayuda al desarrollo, la forma en que se aplica y las agendas ocultas que la acompañan son aspectos cruciales que determinarán el efecto final que la ayuda tendrá en la economía real.
6. Impacto de la buena gobernanza en el desarrollo
Instituciones como el FMI y el Banco Mundial se han interesado más por encontrar formas de acceder a la calidad de la gobernanza dentro de los países y sobre cómo mejorarla. Procesos como el de Gasto Público y Responsabilidad Financiera (PEFA) está ayudando a centrar a los gobiernos en la mejora de los factores de gobernanza.
La razón por la que la gobernanza ha adquirido tanta importancia en la actualidad tiene mucho que ver con el cambio en la percepción de los costes y beneficios relacionados con la corrupción. Durante mucho tiempo, la literatura económica sostenía que la corrupción relajaba las rigideces impuestas por el gobierno, podía aumentar el comercio y asignar la inversión de forma más eficiente. Sin embargo, la opinión dominante hoy es que la corrupción beneficia sobre todo a los "buscadores de rentas", "está sujeta a rendimientos crecientes que la perpetúan" y crea un entorno "que, con el tiempo, puede llevar al colapso de los regímenes políticos" (Vito Tanzi & Hamid Reza, Edición del FMI 2000-2182).
Además, la corrupción puede percibirse como un impuesto adicional sobre la economía que distorsiona aún más su actividad e introduce incertidumbre (Shang-Jin Wei, noviembre de 1997). Como casi cualquier impuesto, esto limita la actividad económica a un nivel subóptimo y tiende a frenar el crecimiento económico.
Se han encontrado pruebas empíricas de que la corrupción no sólo deprime el crecimiento económico a largo plazo de una nación, sino que además
también contribuye a aumentar las tasas de pobreza y la desigualdad en la distribución de los ingresos.
Observaciones finales
En los últimos veinte años, los países emergentes y en desarrollo han conseguido impulsar su crecimiento y aumentar su peso en el conjunto de la economía mundial. En 1991, su participación en el PIB mundial era de tan sólo 31%. Este año, 2011, se espera que produzcan 49% del PIB mundial (aproximadamente la mitad de la renta mundial) y, para 2013, el FMI prevé que las economías emergentes y en desarrollo superen el importe total de la renta real de las economías avanzadas.
Los países emergentes y en desarrollo han ido mejorando su gestión de las finanzas públicas, aumentando el ahorro público y privado y desplazando los déficits por cuenta corriente hacia las naciones más desarrolladas. Esto les ha permitido mejorar de forma consistente sus niveles de desarrollo y mejorar sus perspectivas económicas futuras.
A pesar de todo el crecimiento reciente, aún queda mucho camino por recorrer. Las economías avanzadas siguen teniendo un PIB per cápita seis veces superior al del resto del mundo. Aun así, dentro de veinte años, probablemente miraremos atrás en el tiempo y describiremos estos años como un periodo de crecimiento histórico, en la historia contemporánea, para la mayor parte del mundo en desarrollo.